miércoles, 7 de diciembre de 2016


Por María Isabel Pardo Bernal.

29 de noviembre de 2016©

 

SOY


 

Soy la que no existe, la olvidada,

la que tiene prohibidas las  preguntas,

la que te regala respuestas.

Soy la mujer sin alma,

la que se usa, la que espera,

la que bebe sus lágrimas.

Soy la mujer sin alas,

la alabada, la dulce y la plácida.

Soy la mujer con máscara,

la que no importa,

la que se desangra.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

Soy la mujer de las palabras,

la que procura rimas,

la que se entrega,

la que sueña amores,

la que escondes en el ruido de tus brasas.

Soy la dueña del silencio,

la oculta quimera en tu cama.

Soy el mar que te envuelve,

el agua que te lava,

el abrazo que se escapa.

Soy la soledad que anda,

la mirada que esquivas,

el dolor que no acaba.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

 Soy la mujer que temes,

que lastimas, que rompes y acobardas.

Soy la caracola que fragmentas,

el corazón que se para,

la que tiembla bajo las blancas sábanas.

Soy la que se arrodilla,

la que lanceas,

y luego, rodeas con la codicia de tus faltas.

Soy el deseo y el fuego,

tu volcán y tu hielo.

Soy el agua mansa

y el torrente de aguas bravas.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

                                                                                  

Soy la flor cerrada,

la flor que se abre con el rocío de la mañana,

la flor que se deshoja,

la flor marchita y ajada.

Soy tu tierra, y tu siembra,

el ánfora que colmas,

el cáliz que rebosa,

la miel en tu batalla.

Soy la ninfa y la magia,

la dama del guerrero,

la herida que salas.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

Soy el sol en la ventana,

la luz que alumbra tu espalda,

el tiempo que te siso,

una gota de sangre en la escarcha.

Soy el pecado que te atormenta,

la manzana que muerdes,

la pasión que inventas.

Soy la duda y la carne.

Soy la mujer eterna,

soy tu infinito, tu infierno,

tu estrella y el universo nuevo que estalla.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

Soy éxtasis, el placer desmedido,

un avance del cielo,

el color del suspiro,

el gemido loco,

el levitar de los cuerpos,

la loca con lupa,

la sanadora, la frenética, la cínica,

la poeta colgada del rey bobo.

Soy la mujer de tus adentros,

la que dirige tu mano izquierda,

la sirena que te canta,

la voz del ángel,

tu asombro y tu elemento,

tu risa, tu perdición, tu nube, tu sofoco.

Soy la mariposa enjaulada,

la loba errante,

la diosa caída,

el hada embelesada,

la niña de tus ojos.

Soy el suave despertar,

y la piel blanca.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

Soy la mujer de las caricias,

la de las llamaradas,

la de los besos que te faltan,

el cuerpo que aúlla y te  levanta,

la insaciable, la interminable.

Soy la mujer que amamanta,

susurra y clama.

Soy el calor de tu invierno,

soy el pozo donde te hundes,

el viento que te acompaña.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

Soy vida y soy muerte.

Soy la mujer que dibujas,

la que borras,

la que buscas y pierdes.

Soy un vacío en tu almohada,

la que grita y miente,

la ola pausada, la tormenta,

la espuma, y tu playa.

Soy la montaña y el norte,

tu sur y tu horizonte.

Soy la amante, soy la amada,

soy la mujer desquiciada.

Soy vida y soy muerte,

soy santa,  tu puta, servil y ama.

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!

 

Soy chocolate, soy fresa y cava,

soy tarta de manzana.

Soy mucho, y soy poco,

soy y seré NADA…

 

¡No tengo nombre, ni anillo, ni casa…!