¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN VALENCIA?

    

 Las noticias que me llegan hoy de las manifestaciones en Valencia son inquietantes, como mínimo. No quiero dramatizar ni llegar a  conclusiones extremistas, pero lo que no puedo obviar es que se ha dado y se está dando una situación muy extraordinaria.  No recordaba una represión policial de este calibre, es propia de tiempos que todos, se supone,  queremos olvidar; parece que  no nos van a  dejar. Demasiados nostálgicos de esos “tiempos gloriosos”, ahora se ven con cierta autoridad para levantar la voz porque ha ganado las Elecciones Generales por mayoría el partido demócrata que los acoge en su seno.  Nuestros gobernantes libremente elegidos deberian de tener una lección bien aprendida y es que hay que escuchar la voz del pueblo soberano, por muy tontos que nos crean, el pueblo al final, termina alzando su voz y en muchos casos, algo más.

Los estudiantes de Valencia han salido a la calle con unas reivindicaciones, con las que se pueden estar de acuerdo o no, pero lo que está claro es que no se puede cargar contra la población que sale a pedir algo que cree justo. Pegar, reprimir,  utilizar la fuerza de esa forma, nada bueno puede traer. Valencia puede ser un polvorín que puede explotar en la nariz de la clase política. Se ha abusado mucho, se han pisoteado derechos, se ha robado, se ha estafado, se ha estrangulado demasiado a un pueblo que ama la libertad. Ver como el caso Gürtel se diluye gracias a la “justicia” mientras a unos kilómetros se juzga y se declara culpable al juez Garzón, no ayuda nada. Nuestros hijos están estudiando en barracones, pasando frío en la aulas, se corta la luz en colegíos por falta de pago… La sanidad pública está aquejada de un virus crónico que se llama “desvío de recursos a la privada”. Tenemos el mayor índice de despilfarro en proyectos mastodónticos, mientras el paro y la pobreza (si he dicho pobreza) se ceba entre la clase trabajadora. ¡Ojo con el pueblo al que le falta pan! ¡Ya se sabe lo que ocurre! Esta puede ser la revolución más que de los indignados, LA DE LOS DESESPERADOS (tal y como me decía anoche un amigo argentino, que de estas situaciones sabe bastante). Quisiera ser optimista y pensar que todo se va a reconducir de forma pacífica… pero que el jefe superior de policía de la Comunidad Valenciana hable del enemigo, como si de una guerra se tratara, no ayuda nada. ¡Señor mío, eran muchos niñ@s protestando porque no tenían calefacción en su colegio!

Nos esperan días difíciles, movilizaciones, pues la Reforma Laboral ha llegado tan lejos que, ha quitado el miedo a salir a la calle a defender derechos básicos. Vamos pues, a ser cuidadosos y a respetar el derecho de la ciudadanía de manifestarse en paz. Si dejamos que esto se vaya de las manos, mucho me temo que Valencia, puede explotar iniciando un camino de no retorno.  Si la clase dirigente es inteligente, sabrá que tiene que soltar cuerda… si nos ahoga, nada le quedará. ¡Valencia está que arde y no son fallas!

                                                            Alicante, 20 de Febrero de 2012

Desde MI punto de vista.

María Isabel Pardo Bernal.